Cómo vivir en el «flow»

La mayoría de nosotros hemos escuchado los conceptos «estar en la zona» o «estar en el flow», refiriéndose a cuando estás completamente inmerso en una tarea. Estás tan absorto que te olvidas del tiempo y del espacio e incluso de ti mismo. Solo estás tú y esa actividad que estás haciendo. Estás tan presente, estás tan en la realidad, tan en el flow, que eres 100% conciencia.

Algunas personas lo han experimentado en su trabajo, cuando están creando algo, programando, arte, poesía, jugando al tetris… Estos son momentos de fluir. ¿Qué pasaría si tu vida fuera así? Estarías tan presente, tan lleno de felicidad todo el tiempo que sentirías como si estuvieras fluyendo por la vida, disfrutando cada momento por completo.

La buena noticia es que hay un camino. Y muchas tradiciones han respaldado este hecho. Quiero compartir con vosotros los 2 elementos clave que nos han ayudado a muchos, incluyéndome a mí, a vivir realmente en el flow:

1- Comprende qué quieres y cómo lograrlo.
2- Comprende cómo quieres vivir tu vida.

Qué quieres y cómo lograrlo

El primer paso parece lógico. Si sabes lo que quieres y cómo llegar allí, puedes comenzar a tomar medidas para alcanzar tus objetivos. ¡Hecho! Hay una serie de cosas que puedes hacer que te ayudarán a mantenerte enfocado y disciplinado.

Debes encontrar una motivación. ¿Por qué quieres lo que quieres? ¿Deseas reducir las horas en el trabajo para pasar más tiempo con tu familia o para tus pasatiempos, cosa que te traerá más bienestar? ¿Quieres conseguir un aumento de sueldo para poder comprar una casa?

Sé claro sobre qué y por qué

Luego viene la priorización de los puntos de acción que debes lograr para llegar ahí. Habla con tu jefe, adquiere nuevas habilidades, ahorra dinero, etc. Es posible que encuentres algunas barreras en tu camino. Por ejemplo, tienes miedo de pedirle a tu jefe un aumento de sueldo o ya se lo has pedido y no te lo va a aumentar, etc. Aquí hay un punto en el que la mayoría de la gente se rendirá y comenzará con el diálogo interno destructivo: «no soy lo suficientemente bueno», «debería haberlo imaginado» «nunca encontraré otro trabajo», etc. Tienes que detener eso. Porque ese diálogo interno te comerá vivo. Cambia tus creencias sobre ti mismo, sobre lo que eres capaz y vuelve a esa motivación. Por eso necesitas una motivación fuerte, porque te va a mantener remando hacia donde quieres ir.

La primera parte consiste en pasar a la acción. Se necesita valor para hacer las cosas que te acercarán a tus objetivos. Salir de la zona de confort. No solo una vez, sino siempre que sea necesario. Nunca te rindas. Consiste en cambiar tus niveles de energía, cambiar tus hábitos y hacer cosas que te acerquen a tu objetivo. Pero solo dominar el arte de lograr cosas no te llevará a un estado de flow. Es más probable que te lleve a tachar cosas como si se tratara de una lista de la compra. Al principio, podría producirte cierto nivel de satisfacción y alegría, pero en algún momento te preguntarás por qué ya no te produce este sentimiento. Esto nos lleva a la segunda parte.

Cómo quieres vivir tu vida

Aquí aprendemos a no preocuparnos por los resultados y lo que queremos. Casi parece contradictorio con el punto 1. Pero no lo es. Porque el objetivo es hacer que tu bienestar, tu vida interior, no dependan del resultado. De lo contrario, siempre serás esclavo de los resultados, de si las cosas ocurren de la manera que deseas. No hay nada malo en querer cosas, querer un aumento de sueldo o reducir horas. El problema aparece cuando estas cosas DEBEN suceder para sentirte realizado. Entonces tienes un problema.

Todo lo que sucede frente a ti ya es perfecto. Se trata de poder aceptar (no darse por vencido) las cosas que se desarrollan frente a ti, sin tener que controlarlas. Ver la realidad como realmente es. Esta parte suele ser la más complicada. Porque nuestra sociedad nos condiciona a buscar nuestro bienestar afuera. Cuando esto sucede, entonces eres feliz. ¿Cómo puedes entonces «olvidarte» del resultado de tu objetivo y al mismo tiempo seguir persiguiéndolo, mientras estás tan presente que vives en el flow? Se llama saber sin pensar.

Imagina que quieres ir de A a B. No tienes que pensar activamente todo el rato «está bien, voy a caminar hasta el metro, luego lo cogeré, luego …». Ya lo sabes. Este es el «saber» del que estoy hablando. Entonces, puedes liberarte del resultado, es decir llegar a tu destino, y concentrarte completamente en el ahora, en el camino, estar consciente del presente, sin esperar que sea de una cierta manera. Porque aquí es donde sucede la vida. No en nuestras mentes, sino en la realidad. La clave para fluir es encontrar esa apreciación en cada momento. ¿Qué otras oportunidades te están esperando? ¿Qué plan tiene la vida para ti? Si puedes concentrarte completamente en el ahora, crearás una brecha entre la charla mental y lo que realmente está sucediendo. Es como un despertar en la realidad en la que vives.

Es el fin del sufrimiento, como lo llaman los budistas. La mente creó el sufrimiento. Porque constantemente quiere que las cosas sean de cierta manera. Y sí, por supuesto, puedes crear lo que quieras. ¡Pero tu felicidad no debería depender de ello! Este es el mensaje importante. Puedes crear todos los planes de acción que desees, si deseas crear un negocio, se trata de comprender lo que debe suceder para llegar ahí. Pero luego todos los días te levantas de la cama y las cosas no salen como quieres. Si quieres que sean solo de cierta manera, te sientes insatisfecho, decepcionado. Se trata de olvidarse de cómo deberían ser las cosas.

Vivir en el flow es apreciar plenamente lo que la vida te ofrece en cada momento. Es desarrollar la conciencia de estar presente, observándote a ti mismo. Te entregas a la vida. Porque hay una fuerza mucho mayor en ello. Y en esa conciencia solo puede existir el ahora. La mente crea el futuro y el pasado.

Estar en el ahora, vivir en el ahora, y ahí es cuando puedes comenzar a fluir.