Ya hablamos de pasada de la saga de videojuegos de Sega llamada Yakuza, o Ryu ga Gotoku en Japón (que significa “Como un dragón”), pero creemos que merece un artículo un poco más extenso y que explique las bondades que llevan 15 años encantando al público japonés, y cada vez más, al público occidental.

Como explicaba hace poco Toshihiro Nagoshi, el cerebro detrás de la saga, en una entrevista, Yakuza nació después de la caída en desgracia de Sega, que dejó de fabricar consolas en 2001, y la adquisición de la compañía por parte de Sammy. Ese momento crítico para la empresa sirvió para que sus creativos pudieran arriesgar en el desarrollo de juegos, y Nagoshi consiguió que le dieran luz verde a su proyecto sobre la mafia japonesa, rechazado en anteriores ocasiones. 

Yakuza es un juego de mundo abierto, género que popularizó Grand Theft Auto 3 en 2001, pero con una concepción totalmente diferente. Mientras que en GTA prima la libertad total del jugador y los mapas amplios, Yakuza seguía la fórmula de Shenmue, otro juego de Sega que salió en 1999, en el que son más importantes el roleo o la ambientación. Así, cuando Yakuza salió al mercado en 2005 para Playstation 2 los jugadores que esperaban un GTA en Japón se llevaron un chasco. La ciudad es muy pequeña, no puedes conducir y no puedes sembrar el caos por la calle con ametralladoras y lanzamisiles. Además, el uso de armas de fuego es casi anecdótico, el combate es cuerpo a cuerpo, con la posibilidad de coger objetos del escenario para usarlos a nuestro favor.

 


Imagen: Kazuma Kiryu mostrando su tatuaje.

 

Esto está muy en la línea con la manera de representar a los yakuza que tiene el juego, y sobre todo a su protagonista: son organizaciones criminales, sí, pero tienen unos valores de honor y justicia que deben respetar siempre, lo que provoca que no se metan con la población civil, siempre y cuando esta no se meta con ellos. Según Nagoshi, no le parecía bien mandar el mensaje de que matar o cometer crímenes es algo divertido, así que en estos juegos esta opción no existe. Pero pese a la visión romántica que tiene el protagonista sobre la yakuza (y también alguna parte de la sociedad y miembros de la propia yakuza), la mayoría de los integrantes se nos presentan como personas sin escrúpulos, con ambiciones desmesuradas de poder, dinero e influencia, algo que supongo que se parece más al crimen organizado de verdad.

Pero ¿de qué trata Yakuza? El protagonista de todos los juegos excepto el último, que es una especie de reboot, es Kazuma Kiryu, un hombre que sale de la cárcel después de cumplir una condena de 10 años por asesinar al jefe de su clan. Kiryu termina resultando un personaje muy interesante y con muchos matices, porque pese a que al principio se lo representa como a una fantasía de masculinidad extrema – un hombre fuerte, honorable, carismático, callado, un tipo duro – poco a poco vamos viendo que realmente está intentando salir de la espiral de violencia que trae consigo el crimen organizado, pero que se ve arrastrado a ella una y otra vez, perseguido por un pasado del que nunca puede escapar del todo. Cuando se hace cargo de la hija de su mejor amiga, que falleció cuando él estaba en la cárcel, su mundo da un vuelco y sus prioridades cambian.

 


Imagen: Kiryu dándolo todo en el karaoke, uno de los minijuegos con más presencia en la saga.

 

Como vemos, el desarrollo de los personajes y la narrativa en general es muy importante en la saga, pero igual de importantes son sus misiones secundarias, que han pasado a ser, juego a juego, su marca de la casa. Mientras la historia principal es un drama criminal, en las misiones secundarias, historias cortas de temática diversa, el tono cambia. A veces, al caminar por la ciudad un transeúnte nos pedirá ayuda, y se nos abrirá una pequeña historia. Normalmente, en las misiones secundarias dejamos atrás el tono serio de la historia principal y el sentido del humor coge protagonismo. Estos cambios tan drásticos de tono, algo que nos podría parecer raro al público de occidental, no son algo único de Yakuza, toda la cultura y el arte que produce Japón acostumbra a tener estas características. Así podemos pasar de una escena de acción que no tiene nada que envidiarle a cualquier superproducción hollywoodiense a una en la que Kiryu baila junto a Michael Jackson en una discoteca.

Por cosas como estas, los Yakuza son juegos hechos por y para japoneses, aunque cada vez van teniendo mejor acogida en occidente. Pese a que el primer Yakuza de PS2 llegó a Europa y América en 2006 traducido a varios idiomas, entre ellos el español, sus ventas fueron decepcionantes para Sega, por lo que Yakuza 2, lanzado en Japón en 2006 también para PS2, no llegó al resto del mundo hasta 2008, con la Playstation 3 ya en el mercado, y solo traducido al inglés, algo que se convertiría en norma. Las ventas de los juegos de PS3, Yakuza 3 y Yakuza 4, que llegaron a occidente con recortes y adaptaciones “para gustar más al público occidental”, fueron todavía más pequeñas, mientras que en Japón la saga estaba en plena forma. Así, entre la salida de Yakuza 5 en Japón y occidente pasaron 3 años, 2012 para el país nipón, 2015 para el resto, y además solo salió en formato digital para PS3. 

Pero con la salida de Yakuza 0, para PS3 y PS4 en Japón, Sega decidió darle una nueva oportunidad a la saga en occidente al tratarse de una precuela. El juego vendió mejor, y lo más importante, fue un éxito tanto de crítica y público. Yakuza 0 supuso un cambio de paradigma en occidente, y a partir de ese momento la saga ha vivido un renacer. Nos llegó Yakuza 6, el final de la historia de Kiryu, los remakes de los dos juegos de PS2 y las remasterizaciones para PS4 de los de PS3. Algunos incluso han salido para PC y Xbox. Ahora acaba de salir Yakuza: Like a Dragon, que pierde el 7 de su título japonés para atraer a más jugadores nuevos, que cambia de protagonista, que deja de ser un beat’em up de peleas para pasarse al combate por turnos, y que vuelve a llegarnos traducido al español después de 15 años. Este es sin duda el mejor momento para ser fan de Yakuza.

 


Imagen: Yakuza: Like a Dragon es la última entrega de la saga, llamada Ryu ga Gotoku 7 en Japón y protagonizada por Ichiban Kasuga, un personaje totalmente nuevo.

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